07/02/2024

Consejos para un carnaval seguro

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Ya tenemos aquí la fiesta de Águilas por excelencia, su carnaval, y con ella también tenemos las aglomeraciones de personas, a los amigos de lo ajeno al acecho, a los padres nerviosos por la tardanza de sus hijos, al alcohol y otras drogas haciendo sus estragos, y a los servicios de emergencia sin parar. Esa es la cara del carnaval menos agradable, pero que año tras año se repite, y en la que creo que se debe tener especial interés con el fin de autoprotegernos. Para conseguir un carnaval algo más seguro, voy a intentar dar una serie de pequeños consejos que pueden ayudar en nuestro día a día a reducir algunos “efectos secundarios” del carnaval, siendo estos sencillos de llevar a cabo.

En primer lugar, suele ser habitual que durante los días grandes de carnaval haya un aumento de delitos contra el patrimonio, sobre todo hurtos y robos, tanto en la zona de carnaval, como en vehículos o zonas residenciales. En muchas ocasiones estos delitos son evitables, debiendo poner medios para reducirlos, como por ejemplo no dejar en los coches a la vista ningún objeto de valor, ni siquiera monedas de céntimos, así como tampoco enseres sin valor pero que induzcan a creer que puede haberlos, quitando cables de aparatos electrónicos o estuches de niños, asegurándose bien de que todas las puertas del vehículo se encuentran correctamente cerradas.

Como ya he dicho, en las zonas residenciales suele existir un peligro mayor de entradas y robos en viviendas, ya que son muchas las personas que van a ver los desfiles y a pasar un buen rato entre amigos, siendo a la llegada a su casa cuando tienen una desagradable sorpresa. Aquellos que no tengan sistemas de alarma u otros medios de protección, pueden utilizar medidas muy sencillas que intenten que su vivienda no sea marcada como objetivo por los delincuentes, como por ejemplo dejar una luz encendida, o utilizar bombillas inteligentes que apaguen y enciendan la iluminación (por 20 € hay muchas disponibles), de forma que se cree la apariencia de estar habitada en ese momento, siendo de esta forma descartada por el delincuente que busca acceder a casas sin moradores.

En la zona del carnaval, la aglomeración de personas, el camuflaje que permiten los disfraces, los efectos del alcohol en víctimas, son potenciadores para muchos delitos, pero sobre todo para los hurtos. La sustracción de teléfonos móviles es un clásico en carnavales, habiendo auténticos grupos organizados que vienen a este tipo de fiestas y aprovechan la multitud para hacer estragos. Pensando que el carnaval va a hacer que nos descuidemos más de lo habitual y no estemos continuamente preocupados por nuestras pertenencias, lo mejor es que llevemos sólo lo imprescindible, es decir, dinero, teléfono y llaves, y, a poder ser, llevemos algún bolsillo interior donde poder guardar esto sin que se pueda tener acceso fácil desde nuestro entorno. Aún recuerdo los bolsillos interiores en la entrepierna que cosían las madres para los viajes de estudios, sin duda efectivos al 99%.

Aunque no guste que se diga, el alcohol y las drogas tienen en el carnaval una presencia incuestionable, siendo los causantes de muchas de las actuaciones de los servicios de emergencia y de las preocupaciones de muchos de los padres de adolescentes y jóvenes, que saben perfectamente que el riesgo para sus hijos en estas fechas aumenta considerablemente por los efectos que conlleva la mezcla explosiva de alcohol, drogas y acumulación de personas. Está más que demostrado que estas sustancias son un factor de riesgo muy importante en la delincuencia, siendo las lesiones provocadas por riñas o los daños ajenos algunos de los delitos más comunes en los que influyen este consumo, si bien en ocasiones esas riñas pueden derivar en delitos aún peores. En esta ocasión se debe, por un lado, educar a los hijos para que no consuman, haciéndoles ver las posibles consecuencias de una ingesta excesiva de alcohol u otras drogas. Por otro lado, se debe aconsejar a los hijos que se alejen de cualquier conflicto, que no se hagan las o los valientes, y que busquen a cualquier agente de Policía o Guardia Civil que haya por la zona, ya que, si entras en un enfrentamiento con otras personas, y habiendo influencias de sustancias, puede resultar demasiado peligroso para cualquiera de las partes, pudiendo marcar la vida de tus hijos de por vida. Igualmente, es importante que las recogidas de nuestros hijos sean siempre acompañados de amigos o por zonas con gente y bien iluminadas a poder ser, evitando de esta forma que aumente el riesgo a ser victimizado.

No hay ni que decir que, en ese consumo excesivo de alcohol y drogas, también tienen bastante relevancia la actuación policial, debiendo de incidir en la prevención de cualquier sustancia estupefaciente, así como en el consumo de alcohol por parte de menores de edad, si bien, desgraciadamente, se volverán a repetir las asistencias sanitarias por jóvenes en un estado de embriaguez absoluto y se volverán a localizar a padres que creen que sus hijos no iban a ser capaces de ponerse así.

El carnaval conlleva, como cualquier fiesta similar, un aumento del riesgo de la actividad delictiva, y por muchas medidas que pongamos siempre podremos ser víctimas y siempre habrá delitos, pero intentemos ponérselo un poco más complicado al chorizo de turno, y realicemos pequeñas medidas, sin apenas coste, que puede que hagan que no se decidan por nuestro coche, nuestra casa o nuestra persona. Además, tengamos en cuenta cómo actuar en caso de vernos implicados involuntariamente en cualquier altercado, explicando bien a nuestros hijos los peligros que se van a encontrar, sus consecuencias, haciéndoles ver que deben evitar el enfrentamiento y que siempre habrá un miembro de las fuerzas y cuerpos de seguridad dispuesto a ayudarle, evitando de esta forma que se vea envuelto en una reyerta que puede cambiar su vida para siempre, lastrando su futuro.

Ahora salgamos y disfrutemos desde este jueves del carnaval, no dejemos que la cuaresma nos amargue la fiesta, y que siempre triunfe el espíritu de Don Carnal.

 

Artículo de Juan Domingo Guerrero 

Imagen de archivo

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