22/10/2017

La inauguración de la Plaza de Abastos: Un referente comercial para Águilas

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El inicio del Siglo XX supuso un importante aumento demográfico para Águilas, que requerirá nuevas infraestructuras donde almacenar los productos de abastecimiento. La necesidad de contar con un edificio con las medidas higiénicas adecuadas para la venta de alimentos era una demanda histórica de la población que debían acometer las autoridades. El espacio utilizado estaba obsoleto, no reuniendo unas condiciones mínimas sanitarias. La prensa local denunciaba la deplorable imagen de su abandono

Vida Aguileña 15/9/1915

Es la Plaza de Abastos, en el día que escribimos estas líneas, un lugar sucio, desprovisto de toda comodidad y semejante a un baratillo; donde en profusos montones, háyanse las verduras y frutas que, han de servirnos a la mesa y girones de harapos, que o bien sirven para darles sombra a los puestos o como envase del género que en mitad del arroyo se encuentra situado: Y por si la medida no estuviese bien llena, para reclamar una reparación de tanto mal, habrá de rebosarla este agravante en los días que las nubes ciernen sobre nosotros el preciado líquido, es tanto el barrizal que allí se forma, que el tránsito por aquel lugar y calles afluentes, es imposible.

Insistiéndose desde los medios en una problemática que no encontraba solución

Vida Aguileña 14/4/1916

Ya lo dijimos, allá por el mes de septiembre del pasado año: La Plaza de Abastos necesita una reparación, que la adecenten, que la dejen en condiciones de poderla presentar a la vista del forastero, como símbolo de limpieza, y que de una vez para siempre deje de acusar el abandono en que unos y otros gobernantes le sumieron.

No se resolverá inmediatamente, dilatándose el proceso durante algunos años más. Las actas municipales nos indican como la corporación local, presidida primero por Francisco Félix Montiel (1923-1925) y después por Carlos Marín Menú (1925-1930), fueron abordando una cuestión que hacía tiempo requería una solución inmediata. El Pleno, en sesión celebrada en agosto de 1924, acordó encargar a unos técnicos el levantamiento de dos planos para la Plaza de Abastos, para elegir uno que saldría a concurso para su construcción. Dos años después, en noviembre de 1926, hubo una serie de acuerdos relativos a la obra por los que se desistía de la adquisición de una finca en el barrio de la Huerta, optándose por el emplazamiento habitual. El local que se usaba hasta entonces resultaba insuficiente para una población como Águilas, no reuniendo tampoco una debida ventilación, por lo que se dispondrá la compra de una propiedad lindante, perteneciente a Dª Francisca López Cano, para su ampliación, con un coste de 37.000 pesetas. Finalmente, en enero de 1927 será aprobada la memoria definitiva del proyecto, con el presupuesto presentado por el arquitecto. El solar en el que se ubicó tenía 1020´21 mentros, resultando el coste definitivo de 140.681,98 pesetas.  

Los vecinos solicitarán ante la apertura que se restablezca el mercado de animales.

Águilas 25/5/1928

En nuestra redacción, hemos tenido el gusto de recibir Ia visita de una comisión compuesta de numerosos vecinos de las calles de Cánovas del Castillo, Mayo y Arenal, los que nos ruegan hagamos manifestar e intercedamos cerca de nuestra primera autoridad local, del deseo que tienen, de que tan pronto como se inaugure la nueva plaza de Abastos se restituya el mercado de  huevos, aves y demás al sitio donde primitivamente y desde tiempo inmemorial venía celebrándose, o sea entre las calles de Cánovas y Mayo.

La inauguración será un importante acontecimiento donde actuará la banda municipal, destacando la presencia del elemento popular por ofrecerse una comida multitudinaria

Águilas 5/8/1928

Águilas, haciéndose justicia así misma, puede estar orgullosa de su suntuosa Plaza de Abastos. Pocos pueblos de la importancia del nuestro y hasta capitales de provincia, pueden contar como nosotros con tan magnifico mercado. Tiempo se ha tardado en construirlo, pero el edificio tan amplio, tan ventilado, tan lleno de aire y sol, tan lujosamente presentado, es de los que honran a los pueblos que saben permitirse estos alardes de solidez y de buen gusto

La inauguración

El pasado domingo 29 de julio y serían sus veinte horas, después de terminado el festejo del día, nos dirigimos a la Plaza de Abastos, cuyos alrededores se hallaban totalmente invadidos de público; nosotros entramos al interior, donde pasamos revista a las cincuenta y dos casetas, observando que algunas de ellas estaban ya ocupadas con mercancías.

Las enormes mesas de piedra de la plaza estaban ocupadas con platos y alrededor sillas, teniendo preparado un total de más de trescientos cubiertos para servir la comida a los pobres. Encendiéronse la tres potentísimas lámparas de gasolina con que está suficientemente alumbrado el interior de la Plaza, y al poco rato, por la puerta principal llegaron los sacerdotes con cruz alzada, el señor Alcalde, Juez de Instrucción del Partido, y demás autoridades e invitados, procediéndose inmediatamente a la inauguración.

Después de la ceremonia religiosa, el Cura Párroco, hizo uso de la palabra asociándose al júbilo que todo el pueblo sentía por tan magnifica mejora, haciendo votos porque la balanza de la justicia  sea siempre la que presida los actos de los vendedores, ensalzando la labor de don Carlos Marín y todo el Ayuntamiento por haber podido llevar a feliz término la construcción de la Plaza.

La Banda Municipal, que también habla estrenado un precioso uniforme blanco, se situó en la puerta de  la Pescadería, e interpretó en aquel momento la Marcha Real.

El señor Alcalde dio las gracias al señor Cura  y ordenó se permitiese la entrada a los pobres y se les sirviese la comida. Entre tanto, los fotógrafos Matrán y Román, sacerdotes, paganos del Arte, de cuando en vez nos sorprendían con la liturgia del magnesio, que elevaba columnas de humo místico, que esfumábase por las claraboyas, no sin antes haber quedado grabados en la sensible placa fotográfica, las imágenes de todos los presentes.

Comenzó a servirse la comida a los numerosos pobres y, mientras los necesitados reparaban sus débiles fuerzas, la Banda Municipal interpretaba la partitura de El Huésped del Sevillano, y otras piezas escogidas de su repertorio, marchando  todos los invitados al Balneario “Patria Chica”, donde se iba a celebrar la inauguración con un banquete.

El banquete en “Patria Chica”.

Ultimada la comida a los pobres, los invitados al acto de la inauguración, marchamos al Salón del Balneario Patria Chica, en donde se nos iba a servir el Banquete.

El Saloncito estaba artísticamente adornado con guirnaldas, banderas y escudos españoles y cinco lámparas potentes de gasolina que daban demasiada luz y calor.

La presidencia del banquete fue ocupada por nuestro Alcalde don Carlos Marín, el señor Juez de Instrucción de este Partido don José de Valcárcel y Chico de Guzmán, Juez Municipal, Ayudante de Marina, Capitán de Carabineros, Teniente de la Guardia Civil, Cura Párroco, tomando asiento en las mesas laterales los demás elementos oficiales e invitados, en un total de 54 comensales.

El menú fue el siguiente:

Tortilla con jamón,

Ternera a la granadina,

Salmonetes,

Asado: Pollo glaseado,

Entremeses variados,

Dulce: Crema de Ron,

Frutas, Café y Vinos,

Habanos.

La Comida fue servida por el dueño del Hotel Central, nuestro estimado amigo Don Luis Sanz Manchón, la cual satisfizo por completo las exigencias de tan distinguidos comensales.

A la hora de expresar cada uno su sentir referente a lo que se festeja, se levantó para hacer uso de la palabra el excelente poeta aguileño, hoy Director de la Sucursal del Banco Internacional en Lorca, nuestro querido amigo don Francisco Martí Hernández, el cual, admirablemente, leyó los versos que siguen:

Con la más honda emoción ·

y el más tierno sentimiento

con todo mi corazón,

saludo a ese Ayuntamiento

por su brillante gestión.

Saludo al Alcalde honrado

que los pelos se ha dejado,

demostrando cada día

que se puede en la Alcaldía

hacer cuanto se ha soñado.

Cuando alienta una esperanza,

cuando sin temor se avanza,

cuando se vive un afán

se cumple siempre el refrán

de quien la sigue la alcanza.

Y aquí se alcanza por fin

la ilusión de nuestra casa

gracias a Carlos Marín

ya tenemos una plaza

y una plaza de “postín”.

Adoro a mi patria chica

y mi corazón precisa

que son mis grandes amores,

la Virgen de los Dolores

y el Peñón de la Aguilíca.

Y como fui bautizado

con el caldo de pescado

levanto la voz y digo:

Salud Alcalde y amigo

alcalde bueno y honrado.

Y añado con gusto a esto,

que siempre estaré dispuesto

a aplaudir y celebrar

al Alcalde que en su puesto

supo bien administrar.

Y en tan feliz ocasión,

siento de pronto la gana

de echar una bendición,

pero no visto sotana .

y temo una excomunión.

La suerte nos acompaña

porque en costa de España,

nuestro pueblo es el mejor

y hasta el mismo mar lo baña,

dándole un beso de amor.

Beso de salud y vida

que se traduce enseguida

por el yodo y el salobre

en tener sangre encendida

lo mismo el rico que el pobre.

Y todos en este día,

encendidos de alegría

aplauden al hombre honrado

que a su pueblo ha mejorado

al frente de la Alcaldía.

Terminada la lectura fue muy aplaudido por la selecta concurrencia, que le obligó a recitar otros versos muy llenos de gracia, proponiéndose por uno de los anfitriones que los versos alusivos al acto se entregaran a don Carlos Marín con la firma de todos los concurrentes, procediéndose inmediatamente a firmarlos todos.

Don Carlos, afectado grandemente, dio las gracias por las alabanzas que se le tributaban terminándose el acto, donde reinó la más franca alegría por el fausto acontecimiento que habíamos celebrado

La Plaza de Abastos representó un recinto fundamental en una época donde se carecía de aparatos de refrigeración o de tiendas de alimentos perecederos. Los cambios de los hábitos de consumo, la apertura de establecimientos de comestibles que le harán competencia, los nuevos modelos comerciales en grandes superficies que contaran con una enorme variedad de productos y la gentrificación del centro urbano supondrá un declive para este mercado, del que no ha podido recuperarse, haciéndose necesario una restructuración para conservar este emblemático edificio y así que no se pierda un importante elemento del patrimonio de nuestra localidad.

 

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