05/07/2020

Las consecuencias de la terrible riada de Santa Teresa en Águilas

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El 14-15 de octubre de 1879, el sureste peninsular será testigo de un inusual fenómeno de intensas precipitaciones, torrenciales devastadoras, que afectarán a las provincias de Murcia, Alicante y Almería. Es considerado uno de los diluvios más mortíferos dentro de los anales hidrológicos europeos. La cuenca del Segura vivió uno de los episodios de inundación más catastróficos y de mayor impacto de su historia, la avenida de Santa Teresa, provocada fundamentalmente por la crecida extraordinaria de su principal afluente, el Guadalentín. Los datos recogidos indicaron que se superaron los 600mm en una hora en la sierra de María, donde está la cabecera del rio. El frente de la riada llego a Lorca a las dos y media de la tarde, alcanzando el Guadalentín un caudal de 1.450 m³/s. En Murcia arribó a las dos de la madrugada y el caudal del Segura fue de 1.900 m³/s, elevándose diez metros y destrozando acequias y cultivos, derrumbando 6.000 casas y pereciendo 22.000 animales de labor. Hasta la desembocadura, las consecuencias serán desastrosas, asolando Orihuela y la comarca de la Vega Baja, siendo el saldo total de unos 1.000 muertos y de 2.000 heridos. La inundación en Murcia alcanzará las 24.000 hectáreas, correspondiendo de este número 8.162 de las mismas a la zona de la huerta, donde será arrasada la pedanía de Nonduermas, mientras que en Cieza habrá unas 500 hectáreas, por lo que la incidencia resultará menor. En el término de Lorca serán 15.632 hectáreas las afectadas, inundándose el Barrio de San Cristóbal, donde el agua alcanzó los tres metros. La diputación de San Diego y las huertas limítrofes se convertirán en una laguna. En la Virgen de las Huertas el agua llegó al pulpito. El desbordamiento de las ramblas de Nogalte y de Béjar asolará todo el campo lorquino. Las poblaciones de Totana, Alhama y Librilla también se verán afectadas por esta avenida. Los principales afluentes del Rio Segura que discurren por la comarca del Noroeste, como el rio Mundo, Alharabe, Argos y Quipar también sufrirán importantes crecidas. El rio Mula destruirá la presa vieja, produciendo importantes desperfectos durante todo su recorrido. La tormenta también tendrá una enorme repercusión en el área del Levante Almeriense. En Cuevas, el rio Almanzora se elevará casi seis metros sobre su cauce, invadiendo toda la vega que circunda la ciudad. Más devastadora resultó la rambla de la Mulería, que desde Puerto Lumbreras provocó la desolación al alcanzar de noche la Sierra de Almagrera donde muchos operarios que residían en las inmediaciones de las instalaciones mineras desaparecieron arrastrados por el agua, resultando una treintena de víctimas mortales. Igualmente, las fuertes precipitaciones se dejarán sentir en todo el distrito de Águilas, donde también resultarán catastróficas por los numerosos daños que causó al entorno. Habrá numerosos desaparecidos en una riada que producirá una enorme destrucción.

 El Imparcial 21/10/1879

En Águilas también fue horripilante la catástrofe. Una nube amenazante se presentó en aquella villa, y comenzó a despedir exhalaciones. Por otra parte, se desbordó el mar con tan violento ímpetu, que en las calles se juntaron sus aguas con las de la lluvia, originando que quedaran cubiertas gran número de casas por una mole de agua que arrasaba cuanto se oponía á su paso.   

En la citada villa se han destrozado buen número de fábricas y almacenes, el acueducto para conducir aguas potables, por cuya razón no tienen ya de este esencial elemento para la vida de un pueblo, y más de doscientas casas. Las víctimas se ignoran, si bien se echan de menos a muchas personas, que es natural hayan sido arrastradas al mar

Una crónica ofrece información del alcance de la terrible inundación sobre la población        

La Correspondencia de España 21/10/1879

El agua se elevó en muchas calles a más de un metro de altura; las descargas eléctricas se sucedían sin interrupción, y el ruido do los truenos iba acompañado del que producía el desplome de los edificios. Las fábricas de los Sres. Cabrera y Crousseilles han sido completamente destruidas, como igualmente las de los señores Muñoz y León, siendo más de lamentar, por encontrarse atestadas da existencias. Una exhalación penetró por la chimenea de una casa de la calle de la Calica, y después de recorrer parte del edificio salió por el punto de entrada sin haber ocasionado desgracia alguna personal. En las cuadras de la próxima quinta del Sr. Moreno Romero, penetró una chispa, matando un caballo. El mozo de cuadra que en ella dormía no sufrió lesión alguna. Han desaparecido bestias de labranza y gran número de reses lanares y de cerda. Ha sufrido grandes desperfectos la fábrica del Sr. Mohino y sido destruido el despacho de Mac-Murray y Cª. El primer puente de la carretera de Lorca ha desaparecido. La carretera intransitable. El acueducto ha sido roto; la población está sin agua. Se han formado dos grandes lagunas. Una de ellas en el punto que se encontraba en el antiguo charco, foco perenne de fiebres malignas. La desecación de esta última ocasionará gastos de consideración, pues para formarse una idea de su magnitud, diremos quo se halla sin comunicación con el mar, cuyas olas suben cuarenta metros sobro el ordinario límite de las aguas su profundidad es de bastante consideración. Dicha laguna ha cortado la comunicación con el barrio de Poniente y destruido el camino de Vera. Han quedado destruidas muchas viviendas, principalmente de la clase pobre; otras en estado ruinoso. Lo colonia lorquina completamente inundada, algunos de sus edificios amenazan desplomarse. Muchos almacenes de granos han sido inundados, experimentando grandes pérdidas. Una enorme piedra desprendida del cabezo del Castillo, ha aplastado una casa que por fortuna se encontraba deshabitada

Idéntico panorama de desolación podía observarse en las diputaciones del campo, habiendo sido las que se encontraban en los sectores Sur y Oeste las que resultaron las más afectadas

La Correspondencia de España 21/10/1879

Las noticias que llegan del campo son desconsoladoras: innumerable s árboles han sido arrancados, y ganados de todas clases han desaparecido. Nada queda en el Cocón y Arejos, de donde recibimos noticias en este momento de los abancalados que en las laderas de los montes y orillas de ramblas construyen nuestros industriosos labradores

Debido a la magnitud del fenómeno, la prensa considerada lo sucedido como un cataclismo.

La Paz 1/11/1879

Los relatos de las desgracias de los puertos de Águilas, Almería, y Málaga ocasionadas por el mar embravecido, cual nunca, junto con las lluvias diluvianas, que han caído en una larga y ancha zona de sierras, a la par que explica la procedencia de las inundaciones parciales, dan derecho de considerar todo lo acaecido, como el resultado de un meteoro aguoso de grandísimas proporciones

Habrá un enorme movimiento de solidaridad con los damnificados, tomando la noticia una repercusión de carácter mundial. En cada una de las provincias afectadas se constituirán Juntas Provinciales de Socorro, presididas por el gobernador Civil, contando la de Murcia con el prohombre de la época Pedro Díaz Cassou. La función que tendrán será distribuir los socorros en las poblaciones de las zonas afectadas. Habrá, además, comisiones encargadas de la recaudación y de la evaluación de daños. En el primer momento se hicieron acciones para cubrir las necesidades básicas (albergue, abrigo y comida). Luego vendría el periodo de reconstrucción para los destrozos. Desde Paris se realizará una publicación de carácter benéfico Paris-Murcia, con la intención de recaudar donativos para atender a los afectados. El monarca Alfonso XII se trasladó a Murcia y Orihuela, viendo la magnitud de la catástrofe. Mención especial merece, por su labor, la figura de José María Muñoz y Bajo de Menjivar, antiguo contador del Tribunal Mayor de Cuentas del Reino, que donará cien mil duros de manera filantrópica para las ciudades de Orihuela, Murcia, Cuevas del Almanzora, Lorca, Huercal - Overa y Águilas. El Gobierno le concederá con la Gran Cruz de la Beneficencia. Le conocerán como el “Héroe de la Caridad”, levantándose estatuas en su honor con su busto en Alicante, Murcia, Orihuela y en Cuevas de Almanzora donde será Hijo Adoptivo.                      

La Junta de Socorro regional sería la encargada de realizar el reparto de las ayudas. Para poder tener acceso al crédito debían hacer los municipios informe de daños. En Águilas no se creará la comisión encargada hasta final de octubre, presidida por José Crouseilles. Los primeros donativos recibidos, ese mismo mes, serán 5.000 pesetas del Gobierno de la nación, procedentes del Fondo de Calamidades Públicas. Luego, a inicios de noviembre vendrían otras 3.750 pesetas, que fueron entregadas por el comité de socorros de Paris. Estos serán empleados para la reparación del muro de la Rambla de la Roja y el Charco. Habrá retrasos en el cobro de estas partidas presupuestarias, por lo que los trabajos de desecación de las lagunas formadas en el Charco no se iniciarán hasta diciembre, con lo que el Barrio de Jesús quedará durante este tiempo incomunicado del resto del pueblo. No obstante, el principal problema apareció con el dinero correspondiente al reparto de José María Muñoz. En un principio, estipulará para Águilas una cantidad de 15.000 duros con dos talones que remitirá al consistorio local el 15 de octubre. Una semana después envió un telegrama donde hacía una rectificación por haberse equivocado, al considerar que Águilas era de Almería, teniendo que dividir por la mitad la cantidad para devolverla. Habrá instrucciones del Gobernador Civil para hacer una división proporcional entre las 150 familias más afectadas por las inundaciones en Águilas de 2.000 reales a cada una. Los alcaldes pedáneos serán los que realicen las listas para que resultaran más precisas. La reunión con José María Muñoz, para las condiciones de la entrega del dinero, tendrá lugar a principios de noviembre en Lorca, acudiendo el alcalde Enrique Parra y el párroco Francisco de Paula Mata. En este encuentro, la comitiva aguileña tendrá un duro varapalo cuando este comente que no les habían hecho los informes necesarios pertinentes para recibirlas. Igualmente, desmintió que hubiera ninguna asignación específica para el pueblo, como decían los telegramas. El crédito de esta manera será menor de los que se estimaba. Habrá, además, una polémica poco después porque dos alcaldes pedáneos serán acusados de quedarse con los donativos para socorrer a las víctimas, lo que levantará un enorme escándalo. José María Muñoz interpondrá una demanda ante los tribunales para esclarecer los hechos.

El Imparcial 11/11/1879

Ha producido honda indignación que los alcaldes pedáneos de Águilas recojan á los infelices socorrido a de aquel distrito el dinero que les fue entregado por la tarde. Para ello invocaron la autoridad de su cargo y órdenes recibidas de no se sabe quién: lo cierto es que dejaron sin un céntimo á bastantes desventurados que recibieron donativos del Sr. Muñoz.  EL hecho ha sido tan escandaloso, que el delegado del gobernador dispuso inmediatamente la prisión de los dichos alcaldes, y que se les recogiera todo el dinero que tuvieran en su poder procedente de los donativos, dejándolos incomunicados hasta nueva orden. El donante, Sr. Muñoz, está dispuesto á que los tribunales ordinarios intervengan en este abuso, que merece severo castigo

La alcaldía para liberarlos declarará que lo estaban administrando como les había ordenado. Debido a este incidente, la comisión de hacienda retendrá el efectivo destinado para Águilas. El consistorio, para acabar con la imagen negativa que había dado, establecerá poco después una Junta local que se encargó del control de la distribución de los fondos obtenidos. Entre los aspectos que abordará estarán la reparación del matadero municipal, la cárcel pública, la cañería del agua potable y el restablecimiento de la comunicación con el Barrio de Jesús   que serán demandados al Gobernador Civil de la provincia. Igualmente, intervendrá para la devolución total de los lotes retirados correspondientes a las familias, teniendo incluso los miembros de la corporación que hacer una aportación monetaria para que esto se hiciera. En el mes de diciembre se ingresará una cantidad de 5.000 reales del Obispo de Cartagena con la que se atendió a 500 familias de la población que sufrieron los estragos de la inundación. Las reuniones de la Junta provincial de socorros con las poblaciones afectadas no contaran con Águilas por lo sucedido con los repartos, de esta manera quedaba fuera de las ayudas. Hubo de aclararse que todo había sido un equívoco para tener acceso al saldo concedido. En este momento es cuando se hace efectivo los pagos atrasados para hacer reparaciones, por lo que podrá acometer el arreglo del cauce de la rambla del Charco que continuaba inundado. La inversión que recibirá hará que pueda ir recuperando el pueblo la normalidad, obteniendo 1.538 pesetas de la Junta provincial de socorros a mediados de diciembre, confirmando además otra importante cantidad de 1.750 pesetas del presupuesto correspondiente al mes de enero. El diario el Urcitano para entonces señalaba como “la situación de Águilas empieza a mejorar” empezando a olvidar la peor tragedia meteorológico que nunca ha afectado a esta población.  

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