03/05/2020

Las intrépidas acrobacias de Julies Vedrines, un pionero de la aviación en Águilas (1913)

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Águilas en el primer cuarto del Siglo XX se había convertido en un importante destino de veraneo en la temporada de baños. Uno de los aspectos más importantes por este motivo correspondía al apartado de los festejos. La mala planificación por parte de la comisión en las fiestas el año 1912, hizo que para 1913 se hubiera realizado un amplio programa con actividades diversas. Entre estas estaba la de dos partidos de futbol del Club Deportivo Aguileño con la Sociedad Athletique de Granada. No obstante, el principal atractivo que ofrecerá aquel verano será un número de aviación con vuelos invertidos de velocidad y acrobáticos por un piloto afamado. Por entonces, la aviación española estaba en sus inicios, habiendo hecho el ingeniero Juan Olivert Sierra, solo cuatro años antes, el primer vuelo motorizado de la historia aérea de España.

Las exhibiciones aéreas en esos años anteriores a la primera Guerra Mundial constituían un elemento destacado de las ferias y fiestas de las principales ciudades. El ayuntamiento, con la intención de ofrecer algo novedoso para el pueblo, pensó en hacer un espectáculo aéreo, lo que resultaba inédito, habiendo muchas personas que nunca habían visto un avión. Para esto se contactará con el famoso piloto francés Leonce Garnier, este había sido el primero en atravesar los Pirineos (1912) y en sobrevolar las islas Canarias (1913). Había hecho una exhibición en Espinardo (1912), por lo que era conocido en la región.  Igualmente, se pensó en el aviador Maurice Poumet, que había estado en las fiestas del Gran Poder en el Puerto de la Cruz de Tenerife de ese año, pero tenía un coste elevado. No se logrará un acuerdo, por lo que se buscó a otro célebre piloto francés:  Jules Charles Toussaint Vedrines.

 

Estaba considerando como uno de los aviadores más destacados de su época. Había ganado la carrera aérea Paris- Madrid (1911) en un monoplano Morane-Borel, usando para orientarse las vías del ferrocarril. Un mes antes había atraído la atención del público lanzando un ramo de violetas desde su aeroplano sobre la procesión de Cuaresma cuando llegaba a la Plaza de la Concordia. Ese mismo año fue segundo en el Circuito de Carreras de Gran Bretaña y tercero en el Circuito de Carreras de Europa. Vedrines será, en 1912, la primera persona en volar una aeronave a más de 100 millas por hora (160km/hora). Igualmente, consiguió ganar ese año la prestigiosa competición aeronáutica Trofeo Gordon Bennett. En 1913 volará entre París y El Cairo en un Bleriot monoplano en diez etapas. En su paso por Constantinopla complacerá al Sultán lanzando una bandera turca sobre el palacio imperial. Una de las últimas etapas será Jaffa, siendo el primer piloto en aterrizar en Palestina. Lo mismo que hacían otros pioneros, realizaba exhibiciones, habiendo sido el inventor del “looping the loop” (vuelo cabeza abajo).

Habrá, de esta manera, una enorme repercusión como puede verse en la prensa de la época

Vida Aguileña 15/8/1913

Es mucho el entusiasmo que reina, entre las diferentes poblaciones por que atraviesa el ferrocarril de Lorca a Baza y pueblos limítrofes, por lo que es de esperar, en esos días se vea invadido este pueblo, por multitud de forasteros. También en Murcia y Cartagena, enterados de que es Vedrines el que efectuará los vuelos; hay gran espectación y ofrece un buen contingente de viajeros.

Hay gran rebaja de precios y trenes especiales en los días 16 17 y 19 para los viajeros de la parte de Baza, y los días 17 y 19 para los de la parte de Lorca, cuyo regreso, podrán hacerlo en la noche del 17 y 19, los de ambas direcciones.

Una vez más reciba nuestro sincero aplauso la comisión de festejos, que incansable, y con el solo fin de dar nombre y esplendor á esta villa, han soportado las molestias propias de estos casos, y triunfantes hoy, ofrecen al pueblo y forasteros una de las fiestas de mayor atracción y resonancia.

Los días en que estaba previsto hacer su actuación eran el diecisiete y diecinueve de agosto. Para llegar a Águilas desde París vino en coche, acompañado de su esposa. El avión lo traerá desmontado en el ferrocarril. Ese mismo mes había estado en La Coruña, siendo el destino posterior Almería. El viaje resultará accidentado, averiando el coche cerca de Madrid. Por este motivo, no podrá estar en la fecha prevista. Miles de personas lo esperaban venidos desde pueblos limítrofes, no resignándose a tener que esperar otro día para poder verlo.

 El Noroeste 18/8/1913

Telegrafían de Águilas que el aviador Vedrines que hoy debía volar en aquella población, envió un telegrama desde Madrid diciendo que por habérsele averiado el motor no podía cumplir su compromiso.

Como habían llegado seis mil forasteros para presenciar los vuelos surgió un conflicto.

No acabarán aquí las incidencias. En la carretera de Lorca a Águilas tendrá un accidente, del que saldrá ileso. Una vez en Águilas y después de tantas vicisitudes, montará el aparato, un Bleriot, haciendo ese mismo día, pese al cansancio que acumulaba, tres vuelos. Los realizó a las seis de la tarde, eligiéndose para despegue y aterrizaje la explanada del Labradorcico, donde se desplazarán numerosas personas que pudieron disfrutar asombradas de todo un repertorio de acrobacias aéreas. La mañana siguiente, estando más descansado, repetiría el intrépido piloto su exhibición de nuevo, ante el entusiasmo del público presente. Incluso, la prensa de otras provincias recogerá la noticia que logrará una amplia repercusión.

La Crónica de Almería 20/8/1913

Ayer y hoy se han verificado por el arrojado Vedrines dos vuelos de gran importancia.

Dada la perfección de su monoplano y lo notable que resultaron los vuelos, el numeroso público que presencio la fiesta lo ovacionó.

Diario de Valencia 20/8/1913

Dicen de Águilas que el célebre aviador Vedrines ha volado tres veces esta tarde.

Los vuelos han sido muy hermosos.

 El famoso aviador francés ha sido ovacionado.

Una vez acabado su número, volvería a desarmar el avión para llevárselo, marchando a Almería donde había sido contratado para la feria. Vedrines será posteriormente uno de los aviadores más destacados de la primera guerra mundial, donde será condecorado por sus misiones en las líneas enemigas. En 1919 aterrizó con éxito en la azotea de las Galeries Lafayette de Paris, por lo que ganará un premio de 25.000 francos. Ese mismo año morirá en un accidente aéreo, en un vuelo de Villacoubla a Roma, al estrellarse cuando intentaba un aterrizaje de emergencia.

Los que habían presenciado aquellos días el vuelo de Vedrines en Águilas no olvidarán su nombre, perdurando en la memoria por el acontecimiento que supuso esta efeméride.

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