07/09/2019

Notas históricas del origen del fútbol en Águilas

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La introducción del fútbol en Águilas se asocia a la presencia de una colonia inglesa establecida a finales del Siglo XIX para planificación de la línea férrea   y para atender sus negocios en minas y esparto. Los materiales empleados en  la construcción de la infraestructura ferroviaria eran desembarcados desde el puerto de Águilas (1886) que será el principal centro neurálgico. El incremento   en la actividad mercantil con la apertura del ferrocarril (1890) hizo aumentar la arribada de buques, procedentes del Reino Unido, para embarque de mineral y esparto. Los trabajos de carga eran lentos y pesados, prolongándose varios días, permaneciendo los barcos anclados o amarrados en la bahía. Lo mismo que ocurrió en lugares con características semejantes (Bilbao, Vigo, Huelva), pudiera ser, que en algún momento marineros se distrajeran haciendo rodar un balón en el entorno del muelle. Los primeros partidos serían organizados mediada la última década de la centuria por operarios ingleses establecidos   en la localidad en sus ratos de ocio. Habría que esperar a los últimos años del siglo XIX para que los habitantes de Águilas se implicaran en el ejercicio de este deporte. La persona que difundirá el fútbol entre el vecindario sería un aguileño, Ginés García Abellán “El Monteruo”, hijo del consignatario de buques del puerto. La necesidad de conocer la lengua inglesa, que resultaba imprescindible para los negocios familiares, hizo que fuera enviado para estudiar a Aberdeen (Escocia) durante una temporada, donde conocerá aquel insólito deporte practicado por los estudiantes que era denominado “football”. La delicada situación de España por los acontecimientos en las posesiones de ultramar, hace que a mediados de 1898 regrese a Águilas, acabado el curso académico. En su maleta traerá un balón de cubierta de cuero. Ginés García Abellán enseñará a sus amigos explicándoles algunas reglas del “juego de la pelota” como era conocido en aquella época. Logró que aquel deporte que tanto le había gustado, también interesara a sus amistades. Poco después de su regreso un grupo de jóvenes de la localidad jugaba partidos de fútbol en el anchurón de “La Cerca”. Este espacio alrededor del muro de la Cuesta del Sol se usaba para guardar el rebaño o almacenar las mercancías que iban a transportarse en barco, teniendo una pequeña verja de madera para cerrarlo. Una vez popularizada esta actividad entre algunos jóvenes de Águilas, estos comenzaron a frecuentar el campo donde los ingleses afincados jugaban, siendo aceptados. Poco tiempo después, el elemento autóctono incluso se atreverá a retarlos y tras varios partidos, los noveles jugadores aguileños lograrán increíblemente lo impensable: vencerán a los inventores del fútbol. 

A finales del siglo XIX, tanto los aguileños como los ingleses residentes daban rienda suelta a su entusiasmo futbolístico jugando de forma habitual, pudiendo asegurarse que al llegar el Siglo XX se practicaba este deporte con asiduidad. Produce asombro la fácil asimilación de esta práctica entre la juventud de la época. Juan Gray Watson, natural de Aberdeen (Escocia), vinculado a Águilas por motivos de negocios, que había intentado introducir anteriormente esta actividad sin éxito, supo canalizar sus inquietudes; viendo su interés y como progresaban se puso al frente de este grupo de muchachos y fue escogiendo a los jugadores que más destacaban de ambas comunidades creando un club representativo de la ciudad. El primer equipo que se formó fue en 1900 con  una clara influencia británica, incluso en el nombre que le pusieron sería el Sporting- Club. La denominación era habitual entonces encontrándose en otras localidades este mismo término, por lo que la definición a la hora de nombrarse seria Sporting -Club de Águilas para diferenciarse del de otro lugar siendo como aparece en la prensa de la época.

Juan Gray se puso al frente de este proyecto y se convirtió en presidente y entrenador del equipo. En su labor tendrá la colaboración del también británico James Glover. El primer uniforme que usarán, que había traído desde Inglaterra, será una camiseta de manga larga de color negro que tenía como escudo un gran águila bicéfala en rojo dentro de un rombo sobre fondo blanco en el pecho. Los pantalones eran blancos y las calcetas de color negro. La ropa se entiende porque en esta época era considerado un deporte de invierno. El emblema de la camiseta parece estar vinculado con la masonería siendo uno de sus símbolos en Escocia una organización de la que se cree que Juan Gray podría haber tenido relación.

Los primeros partidos tendrán como rivales a tripulantes de los numerosos vapores de todas las nacionalidades que atracaban en el puerto, haciendo incrementar la afición. El primer terreno era un secador de esparto situado en las inmediaciones del camino que accedía a los cocedores del Hornillo. Pronto se iniciaron las negociaciones con Lorca donde Manuel José Pelegrín, hijo del cónsul español de Newcatle con familia en Lorca, había introducido el deporte balompédico mediada la última década del Siglo XIX. Los contactos entre las dos entidades con dirigentes de origen británico no podía más que finalizar con un duelo entre ambas sociedades como era tradición en su país. La partida entre el Sporting Club de Águilas y el Lorca Foot-Ball Club se disputó en el terreno, “jugadero” según el lenguaje de la época, de los Llanos de Santa Quiteria de Lorca en 1901, no sabiéndose cuál fue la fecha exacta. Por aquella época era una actividad prácticamente inédita, sorprendiendo la organización de este tipo de evento; por esto, los datos referentes al encuentro son escasos, no apareciendo ninguna referencia en los medios de comunicación coetáneos que pudiera aportar alguna información. El motivo es que hasta la celebración del primer torneo de copa (1903) no empezará a popularizarse como deporte.

Lo que sabemos se debe a fuentes orales. La alineación presentada por Lorca se desconoce, así como también quienes marcaron los goles. El nombre de los jugadores aguileños que disputaron este partido también resulta una incógnita. La llegada de la expedición aguileña despertó sorpresa en el público local cuando vieron que eran unos simples adolescentes, dudando acerca de su capacidad. El equipo aguileño presentó un juego más versátil al prepararse con equipos de tripulaciones de barcos ingleses, frente al cuadro de Lorca que solo había hecho partidos de carácter de local, no habiendo tenido por tanto una preparación tan completa. Los visitantes se impusieron por un resultado de 0-2 propiciando el nacimiento de la rivalidad deportiva entre las dos localidades Esta será la primera de una serie de ininterrumpidas victorias que durante las primeras décadas del siglo XX encumbraran la superioridad del futbol aguileño imponiendo su dominio en la región levantina.

Poco después de la disputa de aquel encuentro, ambos equipos volvieron a medir sus fuerzas con aires de revancha del conjunto lorquino. Esta ocasión se jugaría en Águilas en la zona de las Delicias, en lo que antiguamente era conocido como el “Bol de la Virgencica” en las inmediaciones de la rambla de las culebras, inaugurándose posteriormente en este espacio el “Campo de las Palmeras” (1903).

Las anotaciones recogidas dentro del almanaque para el cómputo general de términos judiciales, perteneciente al Lorca Football Club, donde se apuntaban los resultados y alineaciones del equipo indica con total veracidad quienes se desplazaron desde Lorca. Así especifica los nombres de: A. Vallejo, Cristóbal Abadíe, Ricardo Navarro, Manuel de Molina, Juan Martínez, Jesús Jódar, Luis Egea, Fernando Segura, Antonio Reverte, Carlos Fernández, Mariano Pelegrín, Manuel Pelegrín y Manuel José Pelegrín “Manny”. El nombre de los jugadores aguileños que disputaron este partido, fue recordado varias décadas después por Joaquín López Morales, primer presidente del Deportivo Aguileño. Esta formación estaba integrada en la puerta por Alfredo Cervetto, defensas    Mervin Naftel y Gabriel García Abellán (primer capitán del equipo); medios Ginés Llorca, Hugo Borthwick y Francisco García Abellán; y de delanteros, Jose Montalbán, Jacky Guillman, James Glover “Chimito”, Pedro Fernández Luna y Ginés García Abellán “El Monteruo” (introductor del futbol en Águilas).

El partido debió disputarse el 14 o el 15 de agosto de 1901, según la fecha que aparece escrita de desplazados en el almanaque de resultados del Lorca, iniciándose aquí la tradición de partidos veraniegos entre ambas poblaciones. Agustín Muñoz quien fuera portero de la “Edad de Oro” del Deportivo Aguileño la segunda década del Siglo XX, hablando sobre el ambiente que hubo relata:

“El campo se llenó por completo, los espectadores de pie respetando las líneas de cuerda, que dos días antes habían sujetado a unos palos metidos en hoyos, y que todo el trabajo había sido hecho por los propios jugadores y espectadores.

Finalizó el choque con la incuestionable victoria del Sporting por 5-0, ofreciendo su primera exhibición de juego el futbol aguileño. Aquella tarde de agosto verá nacer Águilas una afición que se ha mantenido inalterable por más de un siglo, habiéndose convertido este deporte en un elemento cultural intrínseco a la localidad formando parte indisolublemente de su idiosincrasia al interiorizarlo.

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