07/04/2025

El Águilas falla en el día menos indicado y reduce sus opciones de playoff a ganar prácticamente todo lo que le queda

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El Águilas Fútbol Club perdió por cero goles a uno ante el Club de Fútbol Villanovense, en el encuentro disputado en la tarde de ayer en el Estadio El Rubial y correspondiente a la 30ª jornada del campeonato en el Grupo IV de Segunda Federación. Los blanquiazules, que no firmaron ni mucho menos su mejor partido, ven esfumarse la mayor parte de sus opciones de playoff tras fallar en un duelo clave y en el que, eso sí, fueron mejores que su rival y contabilizaron ocasiones de sobra para llevarse los tres puntos, si bien, como en tantas otras citas del torneo, pecaron de mala de suerte y de falta de acierto de cara a gol.
Decepción. Esa es la palabra que da título a esta crónica y que, a buen seguro, resume el sentir de multitud de aficionados en estos momentos. Si en la previa, así mismo, decíamos en dicho espacio que el Águilas tenía “prohibido fallar”, es normal que ahora la sensación sea de desencanto, frustración, chasco o incluso desilusión. Elijan ustedes el término que más se ajuste a sus impresiones en las horas posteriores al partido.
Y no es que todo esté perdido, ojo. De entrada, no está de más poner en valor que este equipo, aunque aún no sea matemático, ha sellado la permanencia de forma virtual. El objetivo, obviamente, era mucho más ambicioso que ese, nadie busca insinuar lo contrario, pero no es menos cierto que en un pasado más reciente de lo que a veces estimamos, todos hubiésemos celebrado llegar tranquilos a estas alturas de la competición. Y, por otro lado, y a ello debemos agarrarnos, mientras los números no digan lo contrario, el Águilas sigue teniendo opciones de acabar la temporada regular en puestos de playoff. Menos que ayer, por supuesto, pero si el cálculo era que hacía falta sumar entre nueve y diez puntos para conseguirlo, alivia recordar que aún quedan doce en juego. El calendario no es sencillo, además de que el margen de error ha quedado reducido a cero, pero mientras hay vida, ya saben, hay esperanza.
Con respecto a lo que ocurrió sobre el césped, el resumen se puede simplificar a la mínima expresión de acuerdo a lo siguiente: El Águilas fue mucho mejor que el Villanovense y mereció ganar el partido. Porque no, no fue una actuación brillante de los hombres de Fran Alcoy (especialmente, en el primer tiempo), pero seamos francos: si nos atenemos a las ocasiones, lo normal es que los blanquiazules se hubiesen llevado los tres puntos nueve de cada diez veces que jugaran como hoy. Con sus defectos, sí, pero los nuestros estrellaron dos balones contra la madera -Soler y Ekiza- y se toparon una y otra vez con Olmedo, el acertado guardameta de un Villanovense que, pese al triunfo, sigue teniendo en sánscrito mantenerse en la categoría.
En el fútbol, no obstante, lo único que cuenta es lo que refleja el marcador cuando el árbitro señala el final. Y en este caso, era un 0-1. O lo que es lo mismo: el rival había hecho un gol más que los nuestros. Se le puede dar muchas vueltas, pero al final todo se reduce a eso. Del mismo modo, también se podrá debatir acerca de los motivos que derivaron en ese resultado. Unos hablarán de la mala suerte, otros de errores individuales, habrá quién recele del esquema… Y es normal, pues en un día así, la reacción más humana es la de dudar de todo, hasta de uno mismo. Sin embargo, en la humilde opinión del que escribe, conviene no perder del todo la perspectiva y creer en este grupo de jugadores y este cuerpo técnico, porque insistimos: no todo está perdido. Al Águilas se le ha puesto muy difícil, imposible dirán algunos, pero quedan cuatro partidos y todo puede pasar. Elijamos creer.
 

Fuente: Águilas FC 

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