El Águilas Fútbol Club venció por tres goles a cero al Cádiz Club de Fútbol Mirandilla en el encuentro disputado ayer en el Estadio Centenario El Rubial y correspondiente a la tercera jornada del campeonato en el Grupo IV de Segunda Federación. Los hombres de Sebas López se repusieron de la mejor manera de su pequeño tropiezo en Estepona: ganando, goleando y, en definitiva, ofreciendo un nivel muy elevado en prácticamente todas las facetas del juego.

Emociona ver que el ambientazo que presentó el feudo blanquiazul -esto último, más que nunca- en la primera cita de la temporada no fue flor de un día, casi tanto como lo que ilusiona el hecho de ir asimilando que si todo sale como se espera, se acabará por convertir en hábito y costumbre. No lo tenía fácil, por tanto, el Águilas para recompensar a su gente con un espectáculo a la altura de lo que este domingo se congregó en la grada. Pues, aun así, el equipo cumplió. Y de qué manera.

La primera parte de los blanquiazules fue un absoluto monólogo. Desde el dominio de la pelota y la precisión en los pases, las triangulaciones y el regate, el conjunto de la ciudad costera empezó a acumular ocasiones que, además, se tradujeron pronto en goles y en una victoria que ya se sentía encarrilada en el 26’, minuto en el que Tropi, con un disparo descomunal desde fuera del área, convirtió en el 2-0 una jugada ensayada de la que el valenciano y Góngora tienen tanta culpa como el cuerpo técnico.

Apenas un cuarto de hora antes, así mismo, el mediocentro que llegaba este verano procedente del Atlético Baleares ya había habilitado a Aitor Pons para hacer el primero de la tarde, con un pase medido a la carrera del punta balear, quien no perdonó en su mano a mano ante Víctor Aznar. El guardameta visitante, por cierto, fue el hombre más destacado de los suyos, además del verdadero responsable de que al descanso la goleada blanquiazul no fuese mayor. Sirvan de ejemplo su solvencia ante Bravo en el uno contra uno del 25’ o la mano que sacó para desviar por encima del larguero un libre directo de Góngora que viajaba hacia la escuadra de la portería.

Cierto es que en la segunda parte la balanza de los méritos cargó algo más de peso en el plato de los cadistas, si bien la realidad es que el Águilas no sufrió lo más mínimo y que, aunque ya no llegase con tantísima frecuencia al área rival, cuando lo hacía, el peligro era tan evidente que en la mayoría de casos terminaba por concretarse en ocasiones claras, muy claras. Mario Abenza, Isi Ros y Bravo protagonizaron algunas de ellas, pero sólo Francis Ferrón, que en el 72’ ya había estrellado un balón en la madera, fue capaz de convertir una en gol, al culminar con mucha clase una gran jugada del propio Isi Ros. 3-0 y tres puntos más para un Águilas que acaba la jornada en puestos de playoff de ascenso a Primera RFEF y demostró en el campo las credenciales necesarias para que la ilusión que inunda estas semanas El Rubial y sus alrededores no se sienta en absoluto injustificada.

No podía acabarse esta crónica, aunque se salga de lo que hoy acontecía sobre el verde, sin una sentida mención a ese titán de la radio deportiva que nos dejaba la pasada madrugada a los 80 años. Obviamente no somos tu Dépor, Pepe Domingo, pero esperamos que una victoria blanquiazul te haya despertado una sonrisa allá donde sea que estés ahora saludando a la gente con tu “¡Hola, hola!”. 

Águilas Fútbol Club: Iván Buigues, Dani Pérez (Blas, 85’), Pelón, Ismael Athuman (Ebuka Nwenyi, 77’), Góngora, Tropi, Mario Abenza, Isi Ros, Aitor Pons (Víctor Fenoll, 85’), Bravo (Baeza, 77’) y Emaná (Francis Ferrón, 68’).

Cádiz Club de Fútbol Mirandilla: Víctor Aznar, Kikín, Morata, Miranda, Julio, Franco (Chikola, 45’), Dani García (Njalla, 60’), Curro (Diakité, 45’), Bouba Barry (Eyong, 76’), Kensly (Pablo Ortiz, 69’) y David Amigo. 

Árbitro: García Rubio. Amonestó a Curro, Julio, Diakité y Góngora.

Goles: Aitor Pons (1-0, 11’), Tropi (2-0, 26’) y Francis Ferrón (3-0, 83’).