Bajo el lema “Pongamos nombre y apellido a la Atención Temprana” se celebró, el pasado lunes, el Día de la Atención Temprana. Una jornada que desde el Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana del Ayuntamiento de Águilas y la Federación Española de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana conmemoraron con la publicación del siguiente manifiesto:
El Equipo del Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana del Ayuntamiento de Águilas (CDIAT Águilas), se dirige al IMAS para transmitir nuestra impresión, desde un servicio público, sobre diferentes aspectos relacionado con la experiencia práctica diaria tras la aplicación de la Ley de Atención Temprana (Ley 6/2021 de 23 de diciembre) con el fin de contribuir a la optimización de su funcionamiento y por consiguiente facilitar los procesos que establece la norma.
- Burocratización y deshumanización en todo el proceso de acceso a los servicios públicos haciendo que sea lento y angustioso para las familias que quedan desatendidas en ese largo procedimiento.
- Eliminación de la inmediatez en el acceso a los servicios: En los CDIATs públicos no se puede atender a las familias hasta que no se completa el proceso de adjudicación de plaza mientras que a nivel privado se hace de forma inmediata (familias con recursos pueden pagar tratamientos antes y de mayor intensidad) por lo que se crea desigualdad social y se pierde parte de la finalidad que pretendía la norma.
- Ausencia de criterios de prioridad: no se contempla ninguna medida que permita filtrar aquellos casos que deben tener acceso preferente fuera de la gravedad (edad, prestación de apoyos en centros educativos, condiciones y recursos familiares) y si bien todos los menores tiene el derecho que determina la ley, la realidad es muy diferente y el criterio de la fecha de solicitud no es equitativo, creándose situaciones de gran desigualdad (analogía con sistema sanitario, donde todos tenemos derecho al sistema de salud pero los criterios técnicos determinan cada procedimiento, no una fecha.)
- Evaluaciones y asignación de intervención por parte de equipos educativos externos al CDIAT con baremos rígidos y sin coordinación, lo que supone una gran ineficacia, una pérdida importante de recursos y una dificultad para los equipos técnicos que deben intervenir con los menores y sus familias.
- Pérdida de flexibilidad en los CDIATs, absolutamente necesaria para la atención a menores y familias, ya que el desarrollo neuroevolutivo es un proceso fluido y los entornos que acompañan a los menores son asimismo dinámicos y cambiantes.
- Alto nivel de tramitación en los procedimientos haciendo que todos ellos sean largos, costosos y muy poco eficaces para todos los agentes implicados (CDIATs, IMAS, EOEPs).
- Una disminución de la atención integral de los menores y sus familias.
Todo esto implica:
- Creación de situaciones de elevada desigualdad (menores desatendidos y otros con recursos en diferentes sistemas).
- Valoraciones imprecisas que determinan intervenciones que, en muchos casos, no se ajustan a la realidad de los menores y sus familias y que exigen una larga tramitación para poder ser modificadas.
- Módulos rígidos, poco flexibles (solo un módulo con intervalo/ Mod.II), que dificultan el trabajo de intervención de los equipos del CDIAT.
- Revisiones, en muchos casos innecesarias, que establecen o modifican intervenciones sin consenso con el CDIAT y que en un alto porcentaje no se pueden resolver por falta de plazas o no se ajustan a la realidad en la intervención y deben modificarse, lo que supone que tanto actuaciones como todos los medios que se articulan para estos procedimientos que no sirvan a efectos prácticos.
- Un elevado gasto de recursos públicos, ya que se articula y se dota a una parte de la estructura de tramitación (EOEP AT) esencial, pero con unas atribuciones que contribuyen a la complejidad y sobretramitación de todos los procedimientos que implican al resto de estructuras (IMAS y CDIATs).
Consideramos que el EOEP AT debe establecer la necesidad o no de AT, dentro de baremos amplios y flexibles, siendo responsabilidad de los centros, evaluar, determinar el tipo de tratamiento y su intensidad dentro del módulo establecido, siempre con flexibilidad y justificación.
Manifiesto Federación Española de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana:
La Atención Temprana precisa un conocimiento profundo de los dinamismos evolutivos que van configurando la identidad personal en esta fase única y crítica de la vida. Para tener buenos especialistas en Atención Temprana no sólo hace falta un largo período formativo desde las titulaciones de grado hasta la realización del postgrado, sino también una organización de los servicios que fomente la formación continua inter y transdisciplinaria, la capacidad para trabajar en equipo y para colaborar día a día con cada niño, cada familia y cada comunidad. Una especialista en Atención Temprana debe tener un horizonte profesional estable que le permita acompañar la diversidad de situaciones, dudas e incertidumbres que viven a diario los niños/as y sus familias. La continuidad del profesional de Atención Temprana le permite constituirse como la persona referencial, de vinculación y seguridad que precisan los niños/as y sus familias. Hasta llegar a ser el rostro que da nombre y apellidos al propio servicio de Atención Temprana. Para asegurar la competencia profesional, la calidad, estabilidad y continuidad asistencial es necesario que las administraciones cumplan las medidas y estándares de calidad consensuados en la
Hoja de ruta para la mejora de la Atención Temprana
Consideramos prioritario que las administraciones públicas:
1.Impidan las contrataciones genéricas, precarias, temporales e inestables y financien de forma suficiente los servicios.
2.Impulsen una organización interinstitucional de las redes autonómicas de conformidad con las medidas y estándares que la investigación y la experiencia consideran fundamentales y se describen en dicha HOJA DE RUTA.
3.Regulen el proceso de valoración-intervención como un proceso continuo y único. Desde ATEMP, alzamos la voz como profesionales que acompañamos, día a día, a la infancia y a sus familias. Reivindicamos la importancia de una Atención Temprana de calidad, actualizada, coherente con los avances científicos, sociales y éticos, respetuosa con los derechos de los niños y niñas y sus familias.
Celebramos los avances en la Atención Temprana de la Región de Murcia, pero también señalamos los retos que aún persisten. Por ello:
Defendemos una Atención Temprana accesible a todas las familias, de calidad, profesionalidad y estabilidad laboral.
Rechazamos las listas de espera, porque esperar, no es Atención Temprana.
Solicitamos la agilización de los trámites administrativos que enlentecen, retrasan la atención y no aseguran la protección, atención e intervención de los menores y sus familias en un momento vital de sus vidas.
Reafirmamos el rol esencial de las familias en el proceso de Atención Temprana con el objetivo de una participación plena en la sociedad.
Hacemos hincapié en que Atención Temprana ya no es sinónimo de discapacidad o dependencia. También es prevención, promoción del desarrollo y apoyo integral desde incluso, en el proceso de embarazo.
Creemos en una infancia respetada, cuidada y acompañada.
Apostamos por un sistema que escuche, sostenga y actúe a
tiempo.
Demandamos un compromiso claro con la homologación de los centros, que asegure unas condiciones mínimas de instalaciones, equipos humanos y modelos de trabajo.
Luchamos por unas condiciones profesionales que permitan equipos estables, servicios de calidad y garantías laborales.
Invitamos a las instituciones, responsables políticos y sociedad, a caminar juntos en la misma dirección porque la calidad en Atención
Temprana no es opcional: es un derecho de la infancia y una responsabilidad pública. Porque la Atención Temprana no puede esperar. La infancia tampoco.
Fuente: Ayuntamiento de Águilas