01/08/2020

NUEVA NORMALIDAD

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Es el verano de la nueva normalidad, el del distanciamiento social, el de las mascarillas, gel hidroalcohólico y guantes de plástico en los supermercados; es el verano marcado por la COVID 19, y este verano extraordinario es diferente desde todos los puntos de vista y para todas las personas. Ya no sólo es singular por las medidas de protección que debemos de mantener, sino también por los continuos cambios legislativos y normativos que estamos viviendo desde que se inició todo, y que tanto para los ciudadanos como profesionales suponen constantes cambios que, en cierta forma, producen incertidumbre. Aviso que este artículo informa sobre la nueva normativa que debe ser conocida por todos, aunque existe el riesgo de que cuando se publique el mismo haya vuelto a cambiar la misma.

Estos continuos cambios normativos son consecuencia de la propia evolución de la enfermedad, así como de la propia estructura territorial y competencial del estado, donde las comunidades autónomas son las encargadas de aplicar las competencias en materia sanitaria. Con independencia de valoraciones políticas sobre la conveniencia o no de una organización o configuración territorial distinta a la establecida en nuestra Constitución, hay que reconocer que la actual crisis sanitaria y las continuas variaciones normativas obligan a una completa y constante actualización para los funcionarios, exigible por otro lado aun cuando no existiera esta situación, y a una necesaria difusión informativa en medios y redes sociales sobre las nuevas medidas aplicables para las administraciones públicas, así como para los ciudadanos a una mayor atención a los medios de comunicación para estar debidamente informados y actuar conforme los nuevos cambios normativos.

Las últimas modificaciones, en la Región de Murcia, se produjeron hace unos días. Por un lado, hay que destacar que el 13 de julio entra en vigor la obligación de usar mascarilla en todo momento, aun cuando se mantenga la distancia de separación, en espacios públicos, espacios al aire libre y espacios cerrados de uso público o abiertos al público, incluyendo únicamente las siguientes excepciones:

-Menores de 6 años.

-Que se tenga alguna enfermedad respiratoria, debidamente acreditada, que no aconseje el uso de la mascarilla.

-Discapacitados o dependientes que no sean autónomos.

-Personas con alteraciones de la conducta, debidamente acreditada, que no aconseje el uso de mascarilla.

-La práctica de actividades deportivas.

-Supuestos de fuerza mayor.

-Cuando se realicen actividades en las que no sea compatible el uso de mascarilla, como comer o beber.

-En piscinas o playas, aunque sea recomendable, que no obligatorio, cuando se esté fuera del agua.

Igualmente, en esta norma se regula que la mascarilla debe de tapar boca y nariz, prohibiendo también el uso de cachimbas o similares en establecimientos públicos, y manteniendo las distancias de seguridad de 1,5 metros que se establecía en la anterior normativa.

Las infracciones a esta normativa se publican el día 17 de julio, estableciendo tres tipos de sanciones, una leve con sanciones de 100 a 3.000€ y que aglutinará la mayoría de denuncias relacionadas con no usar mascarillas y demás conductas consideradas como más leves, una grave con multa de 3.001 a 60.000€, y otras muy graves con multas de 60.001 a 600.000€, que comprenderán conductas reincidentes, que afecte a una pluralidad de personas, en establecimientos públicos o que impliquen un mayor riesgo sanitario.

Unos días después, el 21 de julio, se publica una nueva norma, que vuelve a alterar la relativa normalidad que teníamos, produciéndose cambios importantes en materia de reuniones y establecimientos públicos, pudiendo destacar las siguientes:

-No podrá haber reuniones de más de 15 personas em espacios privados o públicos.

-Las discotecas sólo podrán ejercer la actividad en espacios abiertos al aire libre.

-Los pubs, bares especiales, locales de ocio nocturno y similares, no tendrán personas en su interior a partir de las 22:00, y a partir de es hora sólo se permitirán clientes en la zona de terraza.

-El horario de cierre para cualquiera de los establecimientos citados son las 02:00 horas, no pudiendo entrar clientes a partir de las 01:30 horas.

-El incumplimiento de estas normas será castigado con el citado régimen sancionador publicado el 17 de julio.

Además, se están produciendo modificaciones de aforos, horarios o restricciones públicas, incluso por municipios, como sucede con la limitación de aforo al 50% de las discotecas a Murcia, o el peor de los casos, como ha sucedido en Totana y la vuelta a la denominada fase 1 que se ha anunciado.

Estos cambios van a ser el día a día de esta nueva normalidad, donde no es la sociedad ni la política la que dirige los cambios normativos, sino que será la enfermedad la que determinará hacia dónde iremos, y nosotros tenemos mucho qué decir en cómo avanzará la enfermedad, y hacia dónde queremos enfocar nuestro día a día.

Si queremos un futuro en el que la enfermedad, manteniendo su gravedad, peligro y poder de transmisión, conviva con nosotros con el menor riesgo posible para nosotros y nuestros familiares, deberemos cumplir individualmente con las normas establecidas inicialmente de distanciamiento social, protección respiratoria (mascarillas) o higiénicas que nos están inculcando desde la administración pública hasta la saciedad, y que sin duda son las medidas personales más efectivas para evitar una propagación descontrolada de la enfermedad. Igualmente, los establecimientos públicos deben de cumplir con su parte, limpiando y desinfectando constantemente, como establece la normativa sanitaria, las mesas, sillas, zonas, utensilios u objetos usados por sus clientes.

Si nosotros no cumplimos estas simples, a la vez que efectivas, medidas higiénicas y de protección, los rebrotes que habrá serán peores, afectarán a un mayor número de personas, y las limitaciones que se deberán de imponer para evitar el colapso sanitario, y desgraciadamente funerario, serán más restrictivas, por lo que económicamente será muy difícil de digerir para trabajadores, empresarios, y para una sociedad ahora mismo muy tocada económicamente, pero aún no hundida.

El refrán “De aquellos polvos vienen estos lodos” es el futuro que se nos plantea. Nuestra propia conducta agravará o minimizará los efectos de la enfermedad hasta que haya vacuna, y nosotros, individual y colectivamente, seremos en gran parte responsables de un avance de la enfermedad asumible socialmente o, en cambio, desproporcionado e imposible de soportar económicamente, y que sin duda marcará, aún más, nuestro futuro y el de nuestros hijos.

Por ello intentemos entre todos cumplir con nuestros deberes, las normas que nos imponen y que en este caso están más que justificadas, aunque algunos sólo vean conspiraciones judeomasónicas, de implantación de nuevos órdenes sociales, chips o auténticas ideas delirantes. Sólo mantener un poco de distancia con el resto de personas, llevar mascarillas en la calle, en establecimientos públicos cuando estás cerca de otras personas, lavarse las manos más de lo habitualmente y mantener una limpieza más intensa de tu ropa y vivienda. Sólo eso, unas mínimas medidas de higiene y protección, fáciles de cumplir, y no se va a evitar la propagación de la enfermedad, pero si el descontrol en la misma.

No soy sanitario, pero intento ponerme en su piel y debe ser frustrante haber sufrido el descontrol de los últimos meses en las UCI y hospitales españoles, y sin embargo salir a la calle y ver a algunas personas saltarse a la torera unas mínimas medidas de seguridad para todos. La sociedad no aprende, no se vuelve mejor ni más solidaria, como se decía en el mes de abril en los medios de comunicación, por haber pasado esta pandemia; somos los mismos animales racionales que éramos, con la misma irracionalidad que hemos demostrado durante miles de años. Aprendamos de los errores, aún estamos a tiempo.

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